Literalidad

Denodadamente espero que suceda lo que nunca va a pasar. Es como el juego de las diferencias. A simple vista no se notan, pero están allí; todas y cada una. Y si uno se toma el tiempo suficiente, irremediablemente saltarán a la vista al final, casi sin tener que hacer ningún esfuerzo por descubrirlas.

La literalidad me carcome el alma. No puedo abstraerme de los significantes, de la vulgaridad de los sustantivos.

Necesito una pizquita menos de puntos suspensivos. Se cocinan demasiadas cosas entre ellos y no me gusta perderme de nada.

Me encanta andar entre las ollas y las palabras asando y diciendo, saltando con ellas, observando como todo se va uniendo hasta parecer homogéneo, pero... siempre aparece un pequeño detalle que antes no había notado.

Las palabras, como ciertas comidas,a veces también necesitan revolverse, airearse, confundirse, repetirse, asentarse y volverse a probar un tiempo después.

Las pocas veces que mi lapidaria autocrítica me deja en paz y puedo morder un bocado de esa "pasta casera" bien enternecida, se me antoja un banquete, porque amo escribir aunque no pueda escapar de la literalidad, aunque los sustantivos no me sean sustanciosos, aunque no califique para calificar, aunque los verbos no siempre cuajen con mis tiempos.

Porque en defintiva, lo único que importa es el significado. Es la maravillosa sensación de libertad que me produce este momento en el que voy a poner el punto aca. (Literalmente)