domingo, 18 de enero de 2009

Alimentar el amor es la mejor tarea que me ha tocado desarrollar en mi vida, (y fueron unas cuantas). Elegir los ingredientes no fue fácil, me equivoqué mucho. Me manché, me quemé, arruiné mi mejor ropa. Me distraje. Me apresuré. Pero hubo algo que jamás hice: no dejé que el fuego se apagara. Siempre lo volví a intentar. Lo sigo intentando.
A veces la cocina me parece inmensa, se me viene encima y todo se llena de harinas, como un gran Polonio sin faro a la vista, pero como el cuerpo tiene memoria y no soporta más el maltrato, me recuerda que como dice Fandermole "no se calma la sed con agua marina" y ahí vuelvo a mis verdes y cereales y a mis aguas dulces... a mis lagos interiores, y a mis amores, a desenterrar quien soy.

2 comentarios:

  1. Tenes el don de decir las cosas de la manera más linda.

    Un beso.

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  2. Todos podemos ser lo que imaginamos, pero cuesta trabajo.
    Otro para vos.

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