jueves, 24 de febrero de 2011


Me vuelve loca el ciberespacio... soy básica, ignorante, rústica e intolerante. Una combinación nefasta a la hora de diseñar, estructurar y definir, siendo que , además, soy literal, perfeccionista y sensible. Sobre todo si encima dependo de que el señor Face, o la empresa Speedy me brinden su colaboración, lo cual en el día de hoy no ha sucedido. Un desastre total. 

Sí. Ya sé que no "se nota". Nunca se nota. Lo mismo pasa cuando estás arriba del escenario actuando o cantando y te olvidás la letra o se te pianta una nota..., pero vos sabés. Y eso es suficiente.
Recuerdo una anécdota, aunque no sé bien de qué momento... Silvio Rodríguez estaba aquí, en Argentina dando un recital y el tipo (que es un obse total), demoraba el comienzo de su canción tratando de lograr la afinación exacta de su (único) instrumento; la guitarra. El se tomaba su tiempo y la gente se empezó a impacientar, le gritaba de todo, hasta que se detuvo y dijo: "ya sé que a ustedes no les importa que suene afinado, pero a mí sí". Y obvio... la gente no pudo más que aplaudir. Bueno, yo no pretendo compararme con él, y tampoco persigo escuchar aplausos, pero sé que más de un@ se sentirá agredecid@ de mis cuidados.

Cuido y alimento mi espacio porque es una proyección de mi alma... y hay días en que las cosas no salen como me gustaría. 
Hoy pasé horas lidiando para poder publicar fotos en facebook y aquí mismo en el Blog, y, en los dos casos, por alguna razón que escapa a mi entendimiento, nada resultó como yo quería. Y para guinda, el Sr. Face, me puso delante de las narices un cartelito que rezaba: "no estás autorizado a hacer modificaciones" en mi propia página. Ahhh bueno! nunca había llegado a tal extremo, donde se me explicitara lo efímero de mi autonomía, de mi privacidad, de mi control sobre...sobre que?: Sobre mí. Porque esa es la inevitable conclusión a la que llego: Yo confío, vuelco, expongo; suponiendo que ese pedacito de espacio es "mío" y resulta que de buenas a primeras no soy quién para decidir sobre él.
Una locura.

De todas maneras trato de ejercitar aquello de la relatividad y de la espiral infinita... A veces una se pone terca y no ve lo suficiente... este universo artificial del ciberespacio no deja de ser una corriente "moderna" a la que tambíen hace falta aprender a adaptarse.
A tal fin, les dejo mi mirada en mi otro blog: 
http://www.palabrasprodigas.blogspot.com/


martes, 22 de febrero de 2011

Amores, amig@s, seguidor@s... no se pierdan ésto... es un documento que acredita que los milagros... no existen!!!

martes, 15 de febrero de 2011

Privilegios



Así se ve un atardecer despejado desde mi balcón, en el piso 14.

Cuando yo digo que soy una mujer afortunada, me refiero a estas cosas. A las "pequeñas grandes cosas" que hacen de mi vida una fiesta, sin previo aviso. Que hacen que valore lo que tengo. Que vuelva a echar los dados sin miedo.

Quizá el pensamiento general esté adiestrado para deducir que estas postales sólo se pueden apreciar desde lugares privilegiados, costosos e inalcanzables. 

Pero no.
Mira vos!... 

Ésto se ve desde una torre a una cuadra de plaza flores, en un barrio denso y peligroso, desde un depto sostenido por un alquiler bastante razonable y con la mirada puesta en la belleza de las cosas simples, naturales, casi obvias.
Todas las ventanas de mi casa miran a "eso" y desde mi cocina, voy aprendiendo a descubrir cuál es el exacto color de zapallo que quiero para mi cena.

lunes, 7 de febrero de 2011

Compensaciones


Cociné para mis amigas, mientras mi amor me secundaba en las pocas sombras que ofrece mi casa (casi como si complotara para que no dejarara de tenerla a la vista).Todo sucedio mientras se sucedían otros acontecimientos de los que tampoco quería perderme...

Ya entrada la noche, en medio de la cena, y por esta cosa rara y no sé hasta qué punto "maravillosa" de la cibernética, me fui poniendo al tanto de las otras cosas que me preocupaban y ahora , que ya me he quedado sola otra vez, me doy cuenta una vez más de que no importa a la velocidad que llegue la información. Hay un tiempo personal para procesarla. Un tiempo sujeto a la relatividad, a los acontencimientos simples, la mayoría cotidianos...la comida que se quema, el timbre que suena, la foto que se quiere mostrar... No hay manera de estar en la procesión y en la campanario, pero así y todo, yo me las arreglo para no irme a dormir sin saber.

Agradezco la hermosa noche que pasé con las personas que amo, agradezco a la que más amo, porque estuvo presente en cada plato que serví y agradezco  a quienes estuvieron soportando el peso de estar sin mí, en una noche tan particular. 
Todo vuelve y todo se compensa...

martes, 1 de febrero de 2011

Cocinando

En el mercado de los días voy encontrando las diferencias que hacen al paladar de mi vida, un manjar. Miro y pruebo con otros ojos y otra disposición y aprendo a combinar colores, texturas y condimentos.

Desde que empezó el año, vienen surgiendo ante mí  nuevas maneras de cocinar con los mismos elementos y con otros absolutamente nuevos. Es que, me atrevo a desafiar el preconcepto y así se desvanecen los miedos dando lugar al resurgimiento de sabores que creo que invento.

Nada es tan caro, y nada se regala, pero rebuscando entre lo viejo conocido, siempre encuentro algo que me tienta o me seduce y ahí no más, aunque me cueste, me lo llevo.
Las ollas están dispuestas, la masa, creciendo y siempre tengo las manos limpias y las cucharas al viento.

Sopla un aire bueno, así que no temo por el fuego.
Voy agregando, de a poco un chorrito de salsa, algunas letras de cuentos, algún puñado de besos y pizquitas de secretos. 

Y así, lento, lento se va cocinando el tiempo.