viernes, 1 de mayo de 2009

Los misterios


Los misterios del alma son tan concretos y valiosos que ir humedeciéndose las manos de a poco entre ellos para moldear las máscaras de los deseos nuevos e ir destiñiendonos a los lados del saber sin tener en cuenta cuántos días mancharemos, nos abre la piel y desbarata las sospechas.
Lo demás no importa. Lo demás es sueño, excusas, distracciones, retardar el momento...
Porque sí. Esa caricia casi incorpórea y sí también ese gesto desinteresado y sí la cordura y también la coherencia. Y los errores y la verdad y la paciencia.
Los misterios del alma son tangibles. Son cóncavos, convexos. Tienen filo y reverso. Tienen trama y textura, fragancias, huellas, sexos. Contienen. Y a su vez son contenidos por la yema de los dedos.
Siempre nos zambullimos profundo tratando de alcanzar alguna claridad, aunque sabemos de sobra que cuanto más profundo, más oscuridad. Pero a veces, nos animamos a esperar y entonces ellos se nos van apareciendo, listos para ser lo que queramos.
Y no importa el miedo que nos de o lo que hagamos por evitarlo, una vez que hayamos probado el contacto con la arcilla tierna y virgen, ella nos ganará los brazos.




2 comentarios:

  1. Hoy he conocido tu cocina. He entrado y salido varias veces de ella a "pispear"... incuso ceo, espero¡, haberte dejado un cometario demás de éste. ¿Sabes? me he dado cuando, saboreando tus platos, de que hace mucho que no como nada calencito... Los aromas que desprende tu laboratorio son además cálidos. Un maridaje perfecto.

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  2. Ayer humedecí mis manos para modelar... nunca sé qué irá a aparecer, siempre me sorprende!

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