domingo, 3 de mayo de 2009

Raíces

El amor me ha devuelto a la cocina, además de a otros lugares, mucho más inciertos e inexplorados, de donde voy regresando cada vez más sabia.
Vivo en la dicotomía de "comer o no comer" porque a veces es difícil ser consecuente con la propia filosofía y es más fácil, más rápido y socialmente más aceptable una pechuguita grillé que unos bocaditos de hokkaido y aduki. Pero ( repitiéndome una vez más) , uno no deja nunca de ser quien es. Y yo ya entendí que no importa si no logro comer sano todos los días mientras todos los días siga aprendiendo, ensayando y convidando lo poco que logre aprender. Entonces, les convido algo...
Esta mañana hermosa de domingo, volví a preparar una comida sencilla que me recordó a la tierra, lo salvaje y lo potente que lleva en el cuerpo una pequeña raíz que casi nadie conoce y que guarda un tesoro escondido. De sabor penetrante, de áspera textura, tierna y crocante la gentil Bardana además de ser un excelente depurativo para la sangre, se nos ofrece en todo su ser como un conjunto de bendiciones para la salud, ya que posee otras muchas propiedades beneficiosas para el cuerpo y no sólo como alimento, sino como medicamento naturalmente eficáz en forma de aplicaciones externas, para enfermedades de la piel, alergias y una serie de cosas que que sería muy largo listar en este momento, pero de las cuales puedo dar fe.
Así es que se me ocurrió compartirles mi primer receta verdadera, un plato simple y distinto por si quieren intentar probar otros sabores :

Raíz de bardana (se consigue en el barrio chino) 2
Salsa de soja 10 cucharadas
Aceite de maíz 1 cucharada
Agua 10 cucharadas

(las cantidades, obviamente, son relativas y en cuanto al agua, ésta es sólo para menguar el sabor salado y penetrante de la salsa de soja combinado con la verdura... mejor pecar por que falte)

Laven las raíces con la esponjita de lavar los platos. (Sí!, con la esponjita de lavar los platos... pero sin detergente, eh!). Una vez que les quitaron toda la tierra y seguramente parte de su piel, séquenlas con un paño o repasador y córtenlas en trozos de unos 12 ó 13 cm de largo. Luego en mitades que a la vez volverán a cortar al medio y como seguramente, una parte les quedará más ancha, vuelvan a cortarla, de manera de lograr más o menos un mismo grosor para obtener una cocción pareja.
Pongan una cucharada (o más si es que les hace falta) de aceite de maíz a calentar y sellen la bardana a fuego máximo, evitando que se queme.
Agreguen la salsa de soja y el agua, bajen el fuego a mínimo (corona), tapen y dejen cocer por 15 ó 20 minutos.
Listo.
Lo pueden acompañar con arroz blanco.Queda muy rico.

Espero que lo disfruten y para más datos...siempre está internet!!! Buena semana para todos!

1 comentario:

  1. Extraño nuestras comidas, nuestras charlas mientras cocinabamos y tambien a vos. Susan

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