Naturaleza

No está en la naturaleza del ser humano andar solo.
Quizá en algunos momentos de la vida es necesario hacerlo para volver a mirarse, para ordenar algunos patitos, para recuperar la propia identidad, pero siempre, tarde o temprano, surge la necesidad de volver a compartir. Claro que a medida que se crece y en tanto más tiempo uno haya pasado en soledad es más difícil encontrar la manera de lograr volver a relacionarse. Y pensar en encontrar a alguien con quien "conectarse" parece un imposible. Uno hasta se va haciendo a la idea, casi sin darse cuenta de que "no va a suceder nunca más". Y comienza a ver las emociones del pasado como fantasías, como sueños de adolescencia, inalcanzables, insustanciales.
Pero nada es más fuerte que la Naturaleza. Ella decide cuando ordenar los Planetas y ese día... el que menos esperamos, y de una manera "casi" imperceptible, nos ubica dentro de la órbita y nos devuelve la mirada. Nos "alinea". De pronto se produce el encuentro y todo lo que hasta entonces creíamos que creíamos comienza a desdibujarse. Ningún pre concepto, ninguna costumbre, ninguna forma de ser o de pensar, resiste el embate del impulso vital. Simple, maravillosa y divinamente el alma y el cuerpo comienzan a descascararse de sus viejas herrumbres, abriéndose desde el fondo, dejándose atravesar por esa luz brillante y cálida que los arrastra hasta el sentimiento del amor primario y entonces nos damos cuenta de que aquella gruesa capa de convicciones, manías, miedos y recelos ya no hace falta. Entonces, con una alegría y una entrega recién estrenadas, nos recordamos en las mutuas miradas.

AVISO

Quiero contarles que la falta de reproductor de música en el Blog se debe sólo a problemas técnicos y a mi escaso conocimiento para resolverlos. Pero como para mí es algo indispensable, ya pedí socorro y, Alejandra mediante (cuando no!) a la mayor brevedad, volveremos a disfrutar de todo lo que me suene en el aire.

4 minutos y 18 segundos de placer

Besos con las manos

Ocurre que si de convidar se trata, a uno le gusta servir su mejor plato, el cual quizá no esté disponible en algún momento por falta de los ingredientes adecuados. Y no es bueno andar pasando gato por liebre. Aunque se puede, aunque a veces algunas personas ni siquiera noten que sea así, y aunque otras hasta prefieran que así sea. Vieron cómo es... hay personas a la que le seduce mucho lo que uno hace y son capaces de engullir cualquier cosa que se les ponga delante, convencidas a priori de que les encanta, y a veces hasta de que es sano con tal de comer algo de nuestra mano. Y ademas, la hora de la comida , ya se sabe, no es momento de ponerse a pensar en esas cosas. Así que mientras algunos ayunan esperando por genuinos ingredientes naturales, otros se sientan a la mesa a tragar, imposibilitados de salir a correr la liebre. Pero bueno... cada uno hace lo que puede. Y no siempre se puede lo que se quiere.( O es al revés?). Por suerte, hay quienes a pesar de todo, siguen valorando lo que hay detrás de cada plato. Y pueden disfrutar a cada paso del rito del agasajo sorbiendo, lentamente cada gota de suspiro, cada aroma, cada espacio entre sabores. Y no hace falta llenarlo todo de especias. Los platos sencillos suelen ser los más parecidos a los abrazos. Huelen suaves, cálidos y seguros. Saben a hogar y a confianza. Y no hay nada más placentero que prepararlos y brindarlos como besos con las manos.

Ella

Hacía semanas que se sentía distinta, inquieta, movilizada por una extraña emoción que no alcanzaba a comprender. Aunque pretendía mantener una cierta imagen de control y serenidad ocupándose de cosas que en realidad no le importaban en lo más mínimo, porque no quería adentrarse en terrenos que le parecían peligrosos de antemano. Y lo hizo bastante bien: tenía un espacio y una motivación, un buen manejo del discurso y eso siempre había sido una carta fuerte a la hora de distraer... y distraerse: así que le puso más empeño a lo que venía abocada: escribir. Y mantenerse a distancia. Pero sucedió que la emoción se encendió como una flama y pasó a ser sentimiento. Sucedió que de tanto predicar también a ella le llegó su espejo y que las palabras de repente se le cambiaron de asiento.

Ella lo intentó, pero simplemente no pudo mostrarse y otra vez garabateó, desde su niña mirada, con frases floridas, con letras prolijas, todos los colores de su alma. (no lo puede evitar... son falencias del oficio...y de la neurosis nunca superada), pero igual se quedó un rato sin palabras, porque lo que quería decir no le bastaba, porque el pensamiento comenzaba a ser parte de su propia telaraña.

Cómo ocultar el pudor, la timidez, la ganas tremendas de por una sóla vez desterrar del relato a la tercera persona y decir en presente, en desnudez?. Decir sin metáforas, sin puntos suspensivos, sin hacer aclaraciones?.

Se limitó a un puro blanco, a frases cortas y a disfrutar su limitación. Sabía que lo demás se lo traería poco a poco aquel sentimiento que había llegado a su vida y la cambiaría para siempre.

Tiempos

... hay que aprender a saborearlo todo otra vez, siempre.

"Habrá una vez..."

Cuentan que hubo un tiempo en que los cuentos no comenzaban con:..."Había una vez..."

Dicen que ese fue un invento de los desesperanzados y los cobardes que como ocurre a menudo, suelen manipular muy bien la historia.

Cuentan que en un principio todos los cuentos empezaban con: "Habrá una vez..." Y que todo lo que contaban era factible de ser. Que los cuentos los contaban niños, niñas y ancianos por doquier y que todos sabían secretos, podían ver la belleza y la infinita posibilidad de hacer.

Dicen que sus historias curaban las desavenencias y deshacían los nudos, que escucharlas abría el tiempo, las alas y la conciencia.

Dicen que dejaban al sereno grandes cuencos para que se llenaran con las aguas frescas de la lluvia donde luego se cocían alimentos del cielo que guardaban propiedades tales como fortalecer los sentidos y ablandar los miedos.

También decían ellos, según cuentan por ahí, que si se estaba atento, se presagiaban los malos tiempos con sólo oler una brizna de verde...y así iban mudando antes de una mala cosecha. Y también sucedía que por donde pisaban, el sembrado florecía de solo sentir el reflejo de tantas diáfanas sonrisas .

Por las noches, junto al fuego, componían sus canciones y los niños correteaban hasta caer rendidos. Y la mañana siguiente los encontraba contando los sueños que habían visto.

Ellos aseguraban que todo lo que el hombre soñara era un sueño... todavía.
Pero siempre repetían: "Habrá una vez..."

Lo más importante en el Planeta

Las palabras

No a todas las palabras se las lleva el viento.
Hay palabras que no se mueven nunca más de donde cayeron: palabras que queman, que brillan, que siguen creciendo. Hay palabras que pesan tanto que a uno lo clavan al suelo y otras corrosivas que se toman su tiempo.
Hay palabras como péndulos y palabras como espadas.
Con una sola palabra se puede cambiar el momento. Sobre una sola palabra, construir un imperio.
Adentro de algunas palabras se esconden todas las puertas. Hay otras que nos obligan a llegar a los espejos.
Y hay palabras que se abren, que se nutren, se alimentan de los sentidos y que saltan de las manos para contar lo que crece: que junto a ellos germinan, que pueden crecer como cardos si uno no las cuida y que si se siembran con cuidado, se arraigan y florecen, dan frutos y es difícil deshacerse del sabor a calma.

Mi pequeño homenaje

Bienvenida

Nunca dejé de creer que al amor puro, el que nace del alma, de la conexión espiritual entre dos seres, el que viene de adentro hacia afuera, seguía vivo.
Hoy que me toca sentirlo después de tanto y tanto esperar y confiar, vuelvo a recordar algunas sensaciones de mi niñez : la humedad de mis manos temblorosas, el miedo, la incertidumbre, el asombro y la ternura. La absoluta imposibilidad de articular dos palabras coherentes... la inocencia del primer beso.
Me muero de miedo, pero me atrevo.
Este es un Post de Bienvenida. De bienvenida y de agradecimiento.
De bienvenida a ella, la Mujer que yo quiero en mi vida y de agradecimiento a la vida, por habernos dado la oportunidad de reconocernos.

...sigo sin palabras

Ejercicio

Describo torpe y compulsivamente lo primero que me viene a la cabeza. No me detengo a elegir las palabras, ellas surgen como un mar de lava desde el bajo de mi vientre y recorren todo su camino en un solo sentido hasta llegar a mis dedos recogiendo lo que sea para expresar aquella idea, aquella sensación, aquella imagen que necesito terminar de hacer mía para acabar de comprenderla. Lo que no puedo lograr de otra manera que no sea escribiéndola.
Entonces sí , entonces puedo verla completa.Entonces, también puedo ver mis errores, las omisiones, la falta de recursos, de gramática, los huecos en la poética, mi ansiedad y mi soberbia.
Entonces tomo nota de que debo leer más y estar más atenta. Ejercitar el oficio con esta misma obediencia y no temerle a las palabras nuevas, ni a los juicios, ni a las lecturas ajenas.
Entonces me propongo firmemente abolir mi omnipotencia emocional en favor de rescatar todas esas palabras que se quedan perdidas en el vértigo del cuerpo y que aunque a veces no se note,siempre le pertenecen al cuento.

Nada se pierde... todo se transforma

Encendiendo el fueguito

Música nueva para renovar la sangre. Otro peso, otro aspecto, otra vez infinitivos. Voy comprando nuevos alimentos, alimentos distintos; más propicios para el cuerpo para empezar a limpiarlo y prepararlo al abrigo. Se viene el tiempo de los mares de verduras y de las proteínas en granos moraditos, tan bonitos ellos...

Me encanta el verano. Me siento feliz de poder andar al aire libre, despojada de pesadas lanas y prendas que me amarren. Disfruto tremendamente de andar descalza la mayor parte del tiempo que me sea posible y traigo enraizada la tremenda necesidad de estar en contacto con la naturaleza. Pero con el paso de los años fui comprendiendo que para poder liberar toda esa adenalina maravillosa, algo debía generarla antes dentro de mí y que eso necesariamente tenia que haber llevado su tiempo. Y fue ahí cuando le agregué: el trabajo. Para disfrutarla mejor.

Ahora, además de alimentar, despiojar y cuidar mucho a mis patitos, cada otoño (es la época más propicia) trato de desintoxicar mi cuerpo y de dejar que todo lo viejo, lo muerto, lo gastado, lo inútil y lo malo se vaya junto con lo que esté de más en él.

Muchos cereales, muchas verduras cocidas con vapores y salteadas con buenas hierbas, algunas legumbres para que no haga falta que corra sangre y a cocer pan... mmmm... ya siento el olorcito por toda la casa...
Alguna de ustedes saben de lo que les hablo...

Hay algo más pacífico que una tade de invierno en un hogar donde hay olor a pan cociéndose en el horno?

LA DIFERENCIA ENTRE ENTENDER Y COMPRENDER

El Blog

Atrasamos los relojes, empezamos la semana, y casi definitivamente el verano se nos fue de entre las manos... como tantas otras cosas. Como la foto blanco y negro de esa hermosa puerta que encontré en Cariló, escondida entre el bosque y que ya no verá la luz de sus ojos.
Y entonces... todo sigue girando. Son de nuevo las 10:00 y muy pronto será Otoño. Casi me da vértigo pensar en este tiempo, en este espacio donde he sublimado hasta mis más antiguos recuerdos ejercitando mi amor por las palabras
Jamás pensé que el Blog podía llegar a tener continuidad (en verdad, todo se lo debo a la confianza que me infundió Alejandra), ni el bien que esto me haría.
Este es un espacio donde escribo para mí, sobre mí y para seguir aprendiendo sobre lo mismo que "predico"...para mirarme al espejo y mejorar.
Largo camino.

La balanza

Esta mañana me levanté muy temprano al sol implacablemente hermoso del último día de libertad condicional que me otorgó el sistema capitalista y como casi siempre, sentí que valió la pena. Me encanta este momento del día y como dirían los "mayores"...ya habrá tiempo para descansar.
Anoche compartí como tantas y tantas veces la mesa, la charla y la música con mis amigas. En algún momento un mal trago amenazó con manchar el mantel, pero el veneno no era nuestro...así que, a pesar de que dolió, cada cosa se mantuvo en su lugar. Volví a valorar las elecciones y el respeto y otra vez... (cuando no!) la "sanidad". Con respecto a mis amigas no necesito pensar ni explicarles cuánto las quiero, ni lo bien que me hacen, pero como bien dijo Claudia... Que suerte que tengo de tenerlas a ellas !!!.
Por la ventanilla del taxi de vuelta capturamos un instante de la bondad que aún se encuentra por las calles y me sentí mejor. Supe que de alguna manera la balanza sigue equilibrada... aunque no se note.

Vamos con fe

Creer. Es un tema sobre el que no me canso de escribir. Bueno, no me canso de escribir, ni de hablar, porque...para mí no funciona de ninguna otra manera, porque para mí todo funciona igual: Desde la más elevada física cuántica hasta el más simple huevo frito. Todo tiene su lógica y todo está conectado entre sí. Aunque muchas veces no se entienda. Y de eso se trata creer, no?
Mirar para adentro es una tarea que requiere ciertas condiciones y no todo el mundo está dispuesto a hacerlo, pero en estos tiempos, donde cada paso está signado por la desconfianza y la soledad, donde la autoestima va en caída libre y donde nadie está dispuesto a "arriesgar-se" por nadie, estaría muy bien, como dice Galeano: "Recordar"
No siempre es fácil ni agradable pero uno "siempre sabe" y de nada sirve especular ni esconderse, los espejos brotan hasta del tacho de la basura y más tarde o más temprano (a mi criterio siempre para bien), deberíamos confiar en lo que vemos para hacer con ello lo que sintamos, lo que nos de la gana... porque no hace falta llegar a "a fin de cuentas"... porque no tiene porque ser "después de todo"... porque hasta que no hagamos lo que debamos hacer para ser felices nada de lo que intentemos bastará para menguar la falta de espontaneidad, de sueños, de confianza, de autoestima y de amor. Tomemos el riesgo... y salgamos a mirarnos en los espejos
Quizá suene utópica. Y seguramente lo sea. Mujer de mucha fe!. Me gusta verme así. Así es como siento. En esto creo. Apuesto por la vida y por la felicidad contra todo riesgo.

Recordar: del latin Re-cordis: Volver a pasar por el corazón

Una caricia colombiana

Una mañana de sol

El airecito del otoño viene asomando, pero también nos ha devuelto el sol que tanta falta nos hacía. A mí se me acaban las vacaciones, pero también vuelvo a ver a algunas personas que extraño. Y siempre es así... dos cucharadas de ésto...dos cucharadas de aquello y vamos entremezclando, entremezclándonos, para que la vida sepa un poco mejor.
Es una mañana preciosa, preludio del día más lindo de la semana y contra toda superstición; trataré de no desperdiciarlo.
Si pueden... traten.

Al amparo del cielo

No hay cosa que me cueste más que llegar a una fiesta o a una reunión. Y si es sola, ni hablar. Me muero de vergüenza. Lo que es difícil hacerle creer a la gente porque parezco una persona sumamente desenfadada y afable. Pero no, para nada. Es todo un sacrificio al que me entrego sí y solo sí el motivo lo justifica; como fue el caso de la última a la que asistí.
Ella estaba, como era de esperar, hecha una princesa repartiendo sonrisas de mesa en mesa a pesar del calor insoportable de aquella noche. Y no es que se esforzara, para nada. A ella la sonrisa le vino como un rasgo de genética, de buena estrella, de buena leche. Sonríe todo el tiempo, todo el día bajo cualquier circunstancia.
Llegué tarde y ya estaba lleno de gente, lo cual me puso un poco más nerviosa de solo pensar en ubicar a mis amigos (que eran dos) entre "la multitud" que no era tal.
Pero, una vez salvada esta instancia no anduve mucho tiempo perdida, más bien de pronto me encontré en un lugar extrañamente conocido, casi el mismo que hace unos años solo que en aquel momento yo estaba irreconocible y ademas no existían los blogs.
De ahí en más la fiesta transcurrió como dice la canción de Liliana Vitale "Al amparo del cielo"
La princesa cumplió su añito y dejó un halo de amor esparcido por el patio. Su mamá, a la que el adjetivo le cabe en el bolsillo también nos llenó de gracias por recordar el nacimiento y por celebrar el encuentro. Y yo, que de esa noche me llevé las mismas cosas aún conservo la sensación.

Medio regalo para la princesa...

La otra parte del regalo...

De la mano por la vida

Uno de los mejores momentos de mis vacaciones fue este instante. Un regalo que pude capturar y que les comparto porque a mí me llenó de emoción. Espero que les guste. Va dedicado.

...veremos

Los milagros no nacen...se hacen

Todos escuchamos alguna vez aquello de que cada uno posee un don y que está destinado a utilizarlo en algún momento de su vida en beneficio de sus semejantes. Que todo en la vida vuelve y que la fe todo lo puede.
Si se sientan con serenidad y prestan atención van a disfrutar de un encuentro de fe, reciprocidad y alegría de creer que los milagros se hacen.

Mis vacaciones

Mi madre y yo indudablemente nos llevamos muy bien. No hay otra manera de explicar en síntesis cómo hemos salido airosas de esta semana de convivencia.
Mis vacaciones no fueron "exactamente" lo que imaginé... mas bien fueron absolutamente extrañas, llenas de contratiempos, obstáculos, sorpresas y... lluvia... lluvia y más lluvia.
Llegamos a Pinamar a mediodía con un sol que secaba las ideas, esperamos el bondi que nos llevaría a destino unos 20 minutos y al cabo de otro tanto arribamos a la dirección indicada donde habría que buscar a las personas que tenían la llave de la casa donde íbamos a parar. Entre tanto, se iba nublando poco a poco y de pronto comenzó a llover. Nos dió tiempo a entrar en la casa, apoyar los bártulos y se largó torrencialmente. Y entre rayos y truenos... se cortó la luz y se rompió la tv. Llovió todo el resto del día, pero yo me lo tomé con absoluta filosofía porque estaba extenuada y necesitaba descansar, el lugar era precioso y me dije... maravilloso!... dormir una siesta laaaarga bajo una tormenta en medio del bosque... el sueño del pibe! (los dioses me castigaron porque a los pocos días ya estaba de siesta y de lluvia hasta poder escribir "huevos al plato lll").
No voy a detallar aca toooodo lo que pasó, pero para dar una idea, entre otros "detalles", también se nos rompió la bomba y estuvimos dos días sin agua. Y yo, que si recuerdan estaba tan ilusionada con sacar fotos en blanco y negro... bue,... no, no pude porque se me rompió la película que tenía aún dentro de la cámara y no encontré un solo lugar que tuviera laboratorio donde me la pudieran sacar.
Así y todo...no piensen que estoy de mal humor, ni que lo pasé mal, ni nada de eso.
Estuvo muy bien. Me divertí, me reí, gané muchos partidos al scrabel ( perdí algunos al chin chon, debo admitir) Y me pasaron otro montón de cosas mucho más importantes y tal como intuía antes de irme... este blog y yo ya no somos los mismos

La estacion de la promesa

Con el último aliento de la madrugada te cumplo la promesa. Vos creías que era fácil volverte de Haedo a la una de la madrugada?. Noooo, m' ijita!!!
Pero a esta hora seguramente hace rato vos estas durmiendo y yo, hace media que terminé de armar la valija y en 15 minutos me pasan a buscar. De todas maneras, se la pasa bomba en la estación de tren a esas horas. Es económico, aireado, y da tiempo para ponerse al día en cuestiones de la vida mientras pasan incontables minutos sin que pase ningún tren. En cambio, en la parada del 166 el panorama ya se enturbia un poco más. Las luces no son tan claras, el lugar es menos concurrido, la música no llega tan nítida desde los boliches lindantes y pasan colectivos que a VOS no te llevan a ninguna parte. Y bueno, ya en Rivadavia y La Paz, un par de horas después, habiéndonos contado anécdotas, intercambiado direcciones, pintado las uñas y antes de ponernos a depilarnos las cejas, rompimos el chanchito y huímos en un taxi.
Me tocaron el timbre.
Me fuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii