miércoles, 15 de julio de 2009

Rumbos

No hay posibilidad de que cambie de opinión. Sigo plantada en mis trece. Pero cuando los oídos y los corazones se cierran, soy capaz de sellar mi boca para siempre, o lo que es peor, dar el tema por cerrado como si jamás hubiese tenido para mí ninguna importancia y seguir hablando de otra cosa como quien dice "agua va".

Pero aquí entre nosotros, es solo una cuestión de formas y formalidades. Todo eso de "por la preservación y la sanidad". O como se dice en buen criollo...: "de no seguir gastando pólvora en chimangos".


De esa manera, las personas se quedan más tranquilas y yo no tengo que andar cargando con la armadura de Quijote, que a fin de cuentas, no me ha protegido de nada y además, está bastante pasada de moda.

Los vientos siguen su curso sin necesidad de mi pretenciosa omnipotente intervención. Tiro suavemente de las riendas y apuro el trote... está anocheciendo.

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