Creo que mi papá se divertía mucho con mi tozudez de pequeña teniéndome largos ratos sentada en su falda contándome el cuento de la buena pipa. El cuento de la buena pipa es una especie de pregunta sin fin que no termina de empezar, que no cuenta nada y no acaba nunca.
Por suerte o por desgracia, mi papá tuvo el mal gusto de morirse hace mucho tiempo, yo seguí siendo cada vez más tozuda y el cuento de la buena pipa adquirió diferentes formas y manifestacones sociales, vinculares, políticas, culturales, etc . Pero a tanta incertidumbre se le contrapusieron otras cosas, otros cuentos y con el tiempo llegué a la conclusión de que cada uno cosecha de sus cuentos lo que alimenta su espíritu y su imaginación, lo que le ayuda a fortalecer su alma y a mantenerse vivo. Y de todos los míos, me quedo siempre con una idea recurrente y casi medular para mi camino: soy zorro y principito al mismo tiempo y no hago más que tratar de domesticarme a mí misma para acercarme cada día un poco más a lo que soy, a lo que siento. Para hacerme amiga.
Lo demás sigue siendo aquel viejo cuento de la buena pipa.
Domesticarnos... me dejaste pensando
ResponderEliminarBueno, espero que en algo positivo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy buen post, pero la música, ¡¡¡MORTAL!!!
ResponderEliminarSaludos.
Me gusta tu blog.
ResponderEliminarSeguiré pasando.
Gracias Eme... aquí estaré.
ResponderEliminar