Como un fondo de olla, como un caldo de verduras recién cosechadas, como el primer bocado, como el aroma intenso, como la calidez de la cocina, como la saciedad del pan, como lo inigualable del agua. Y de la sed.
Como comer con las manos, como eructar. Como jugar con las miguitas, como charlar de sobremesa y ausentarse por un rato para volver más livianos.Como hacer la siesta y hacer el amor.
Así: deviniendo, así debiera ser. Sin tanta esquiva palabra, sin tanto miedo a la piel, sin sentir que no se siente para no sentir, para no sufrir.
Si igual… estamos vivos… y mientras eso siga así… nada podrá evitarnos el dolor, el placer, la risa ni el llanto…
Por suerte.
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