No hay herida que un buen pastel de zapallo no pueda mejorar. Eso, calor y un poco de buena música, porque como diría Olga Román: "cada día suele ser eso y todo lo contrario". Y hay que descubrir el tesoro escondido en un día de esos donde parece ser " todo lo contrario". Cada uno tendrá su estrategia. La mía es esa. Esa y mirarme al espejo. Reconocerme en lo que soy y lo que siento: ese es mi tesoro.
Afuera hace frío. Demasiado para mi pequeño cuerpo destemplado. Y no hay estufa ni sol suficientes para entibiar mi living este sábado por la mañana. Cuando pasa eso, me trepo al 110 y me llego hasta Plaza Francia. Allí, no sé porque, la temperatura parece elevarse y hasta por momentos me parece estar viviendo pedacitos de verano.
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