Cuando bauticé el Blog con este nombre no pensé que literalmente serían "mil hojas", ni tampoco sabía muy bien de qué estarían rellenas. Sólo me metí en la cocina con hambre, con ansias y con ganas. Con las manos limpias y el corazón abierto a probar todas las combinaciones de ingredientes y condimentos que fueran apareciendo. En el medio: la vida...., las cuestiones cotidianas, el trabajo, el alquiler, las piedritas de los gatos (porque no van a creer que sólo soy una mujer etérea!). Pero en este tiempo que llevo de escribir me dí cuenta de que me es imposible dejar de hacerlo a diario, igual que cocinar, porque tengo que alimentar las dos cosas el cuerpo y el alma. Y por eso el Blog tiene que ver con la comida. Así de literal soy. Así de libro. Y si alguno de ustedes sigue este sitio con regularidad, habrá leído el post "Literalidad" donde dejo en claro mi obsesión por ella.
Las mil hojas pueden ser imágenes tomadas de otras miradas ó literalmente el relato de un sabroso pastel hecho con papas , crema de leche, puerros salteados y gratinado al horno y también el retrato de una serpiente cambiando su piel de post en post.
Por suerte, en la oficina donde trabajo para poder pagar la factura de internet, mi jefa, además es amiga y de las buenas. Entonces, a pesar de que todo el tiempo se pregunta cómo soy tan lenta para entender algunas facturas y "soy capaz de escribir estas cosas", siempre termina por aportar algo a mi cocina.
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