El mundo es un lugar extraño donde no dejan de suceder cosas fascinantes a una velocidad millones de veces superior a la de la luz y para nuestra pequeña mente tan limitada es muy difícil lograr aceptar la idea de que no podemos captarlo todo. Pero eso nos sucede únicamente porque estamos empeñados en utilizar sólo la mente.
Cuando algo nos moviliza o nos conmociona y logra traspasar ese límite y entrar en nuestro "cuadro emocional" de pronto comprendemos cosas que ni siquiera se nos habían ocurrido, de pronto "vemos". Y a veces da miedo. pero son como datos, como piezas de un rompecabezas que con el tiempo y el devenir de los hechos van cobrando sentido y nos muestran algo nuevo.
Claro que todo se reduce a una ecuación matemática que lleva su tiempo y su trabajo desarrollar. Es fácil sentirse arrasado por la vorágine del pensamiento. La cabeza tiende a agregar donde no hay y a recurrir a toda clase de artilugios con tal de no dejar espacios en blanco. Por eso, cuanto más rápido suceden las cosas y más cosas se nos presentan para ver, es menester más calma, más paciencia y más precisión en la observación, pero sobre todo: menos celeridad en la conclusión. Y no hay garantías de poder dar por sentado nada. Todo es factible de ser rebatido. Porque además, todo está teñido de la propia carga, del propio psiquismo. Aún así, en los detalles están las diferencias, en los rasgos las características, en los silencios las respuestas, y en la búsqueda el aprendizaje.
Por los espacios en blanco penetran la luz y el aire que hacen falta para separar la paja del trigo y para seguir sintiendo sin anquilosarse.
El conocimiento es uno solo, el mismo para todos y si el alma está dispuesta irá descubriendo a su tiempo, comprendiendo y asimilando y dejando poco a poco de depender tanto del encierro de su cabeza.
Gracias a todos los Dioses, la capacidad de asombro es algo un tanto difícil de extraviar y los seres humanos seguimos necesitando las mismas simples cosas de siempre para llevar a cabo semejante tarea: alguien que nos ame, un buen fuego, una buena comida y un lugar tibio donde descansar.
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