Ayer por la mañana pasé muchas horas en mi cocina. En la de verdad. Desde muy temprano trajiné entre ollas y utensilios, limpiando verduras para preparar la primer sopa del otoño y algunos que otros platos más. Mientras disfrutaba la tarea, de a ratos, entre canción y canción, volví a caer en la cuenta de lo distinto que era ese momento.
Cocinar es una tarea muy compatible con pensar (bueno, para mí, "casi" no hay tareas incompatibles con pensar...jajja). Y encontré que claro... uno no anda , mejor dicho "yo" no ando exponiendo mi lado débil u oscuro en la vidriera cibernética. Los miedos, las tristezas, los días terribles quedan suspendidos, en blanco, salteados. Es por eso que aquí todo parece casi "perfecto", clarismo, esperanzador. Y no es que sea una postura o un invento. Lo que se lee aquí también es verdad. Sólo que una parte. Porque la otra... para qué exponerla? De la otra todos sabemos demasiado, todos sabemos lo mismo. En cambio, a mí me parece que si de verdad estoy convencida, como lo estoy, y como refrendo con mi vida que uno puede hacer y salir y llegar y lograr si realmente CREE, tengo la obligación de decirlo, de contarlo, de compartirlo y de mostrarlo.
Yo soy una sobreviviente. Decidí vivir. Elegí la vida y ahora voy por el amor. sin culpas, sin resentimientos, sin tratos ni maltratos, solo por el gusto y el placer de compartir el camino, el aprendizaje y... la comida, obvio!.
muy buena publicación, sobreviviendo como diria Víctor Heredia, saludos
ResponderEliminarQUERIDISIMA SAN
ResponderEliminarCOINCIDO EN QUE SE ELIJE
EL RECUERDO
EL ACOPIO PRECISO
LOS BUENOS MOMENTOS
OLGA
Gracias a ambos...gracias.
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