La película se llamaba "La Eternidad y un día" y la terminé de ver hoy. Bella y triste, digna de ser vista un domingo a la tarde; y sobre todo con ese nombre.
Después de hacer la catarsis correspondiente y haber llorado como una yegua por cada frase que me pareció pertinente (casi todas, obvio), salté de la cama y me puse en acción.
En mi cabeza quedó rodando la imágen que recorté para que funcionara de motor: El protagonista le pregunta su madre, en su lecho de muerte:"¿ porque vivimos divididos entre el dolor y el deseo?, ¿porqué no aprendemos a disfrutar?
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