domingo, 10 de enero de 2010

Militante

Soy una mujer de palabra, aunque a veces me sienta casi "tristemente rara" por pertenecer a una minoría en franca extinción. Y si digo que no voy a volver a escribir sobre un tema: simplemente dejo de hacerlo. Pero por suerte, hay cosas a las que no me comprometo.
Hay algo que me obsesiona y sobre lo que vuelvo porque me parece que es la clave de la confusión y del problema que tenemos los seres para comunicarnos: la tergiversación de los términos. El mal uso de las palabras. El desconocimiento de su verdaderos y profundos significados.

Yo no sé si ésto se debe a que cada vez hablamos más y decimos menos, si perdimos el ejercicio de "hablar", de sentarnos con tiempo a contarnos cosas o si directamente no le damos valor a las palabras, no pensamos lo que estamos diciendo.
O quizás es peor. Quizás, como la comunicación también implica "escuchar", un@ clasifica y procesa los términos automáticamente por miedo, por ignorancia...o por desidia. Algo así como si el leguaje estuviera totalmente deslindado de los sentimientos, de las emociones y de las acciones.

Todo esto dando por descontado que habrá a quien ni siquiera le interese pensar en lo que estoy diciendo y ni hablar de que muchas personas, directamente no lo comprenderán. Por eso, cuando digo que "soy una mujer de palabra" no me refiero sólo a lo que normalmente esta frase significa, lo cual en mi caso también es verdad, sino, a que me doy cuenta de que he pasado y he sobrevivido muchas situaciones sólo por el hecho de valorar y respetar mi capacidad de hablar y de escuchar, de ejercitarlas y de ampliarlas. Eso me ha ayudado a ser más tolerante, más pacífica, a darme cuenta de que no existen las definiciones absolutas, que la certeza es una fantasía, que la verdadera gracia de vivir está en aventurarse a dejar entrar un nuevo concepto...

Porque las verdaderas palabras viven dentro y cuando un@ comienza a aceptar escucharse y escuchar, se logran cosas tan simples y magníficas como saber guardar silencio en el momento indicado.

3 comentarios:

  1. yo no soy de palabra.... crí haberlo sido mucho tiempo. Me jactaba de ser una persona "de palabra". Cuando decía blanco: era blanco. Cuando decía Negro:era negro. Con los años me he dado cuenta de que no era tan así, acomodaba inconscientemente los conceptos. No supe respetar los silencios de los otros. Llené esos silencios y distancias con palabras inútiles, verborrágicas que salían como llamarada de mi boca. A veces uno se equivoca. Cree ser de determinada manera, pero no lo es. Se miente. Se acomoda. Se da licencias. Se acomoda la vara. Hoy puedo ver todas las carencias y errores. Hoy puedo ver mi egoísmo. Mis justificaciones nacidas del orgullo y la ceguera. Sin embargo (y ahí viene mi consuelo), hoy (que puedo ver todo eso) trato de ser mejor de lo que he sido o podido ser. A veces nuestra condición de humanos es bastante terrible, porque no es fácil lidear con uno mismo. Contrariamente a lo que piensan muchos, creo que el ser humano "naturalmente" es egoísta, es jodido, poco solidario, verborrágico, amante de las palabras que no dicen nada..... y ser bueno, solidario, saber escuchar, y todo eso conlleva un trabajo interno que no todo el mundo está dispuesto a hacer. El ser humano es lo más contradictorio que he conocido. Mi perra es más coherente, más leal, más solidaria, más fiel que cualquier humano que haya conocido (incluso más que los que amé hasta lo impensado.- Con esto apunto a decirte, que a veces "el tener palabra" es una virtud a la que lamentablemente no todos llegan (me incluyo). Aunque a veces quisiera ser mejor de lo que soy (y lo intento!!), no siempre uno lo logro. Hay que lidear eternamente con los coterráneos que habitamos este suelo. A veces nos lastimamos mutuamente sin intención. A veces tanta multimedia, tanta ciudad nos hace perder el valor de la escucha. A veces no todo es tan luminoso como quisiéramos. Hay que seguir remando, enfrentando las rabietas, las descepciones, los enojos, los sinsabores. A veces uno es muuuuy bueno. Y otras veces uno mismo es muyyy malo. Te mando un par de remos para ayudarte a remar en esta vida!. y gracias por tu ejemplo de ser una persona de palabra y sostenerte. De saber escuchar antes que hablar.

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  2. Sólo quisiera aclararte que cuando digo "de palabra" me refiero justamente a que trabajo constante y permanentemente por mejorar cada día,que no juzgo a nadie y que no me considero un ejemplo de nada.
    Si así fuese, no necesitaría hablar.
    Gracias a vos por tus palabras.

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  3. hola, pasaba para saludarte

    muy buen espacio,

    saludos

    fernando

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