Tiempo de cambios. Tiempo de Revolución. Sin miedo a la palabra, con el cuerpo puesto y dispuesto a la tarea de construir y no obstruír.
Con la mente abierta y las manos dispuestas a trabajar donde sea para restaurar la tierra, para que el de al lado lo vea y se contagie y también quiera.
Como todo pasa y como todo queda, ir pasando la voz, el canto; la receta. Y no perder la esperanza, ni la alegría, ni los sueños, ni la bandera.
Levantar y levantarnos y dejar que ladren los que se queden echados.
Caminar y leer y mirar y escuchar y al que no quiera o no pueda, mantenerlo arropado a la vera. Sin violencia, sin apuros, sin olvidar la experiencia, pero yendo, siempre yendo para seguir creciendo.
Está sucediendo. Es tiempo de cambios. Es tiempo de Milagros.
Muy desde adentro y, vale aclararlo, dejando el amor de lado (sólo por un segundo, claro !), nadie podría haberlo dicho mejor...
ResponderEliminarLeonor