viernes, 12 de noviembre de 2010

La salud mental

La salud mental tiene su parte fastidiosa.
A medida que un@ va adquieriendo un poco más de grasa para lubricar la cadena y evitar así caer en los recurrentes "accidentes" de siempre, también adquiere cierta conciencia de las cosas que nunca más podrá hacer. Esas que antes servían para, al menos, "hacer catarsis" en los días nefastos. Porque, claro... ya sabemos lo que pasa después.
Así que por un lado vamos maravillosamente, y por el otro, estamos bien jodid@s.

Por ej. si usted estuvo tremendamente enamorad@ de alguien, lo probaron todo y no funcionó, se distanciaron, ud. no supo nunca más nada de él o ella y hasta incluso ud. mism@ intentó otras relaciones, pero sigue pensando que "no habrá ningun@ igual, no hará ningun@" y una noche se sienta solit@ en su casa, frente a la PC, pensando... ¿cómo estará?... qué ganas de.... Se tiene que quedar con la duda y las ganas. Sí. Así como lo lee. Nada de llamados telefónicos tímidos e "hipersinceros", ni mails rebuscados, que de tanto pensar las palabras terminan diciendo lo único que no quería decir: Nada. Se me distrae en otra cosa.

El cuerpo tiene una maravillosa capacidad de recuperación y una ambigua tendencia a olvidar el dolor (porque a veces está bueno recordarlo y otras se agradece el borrón), pero la salud mental reside en no dejar de sentir, tratando de tener presente qué cosas nos hacen mal. No se puede (ni se debe) invadir el espacio de alguien que eligió no estar, no se puede "recostruir" en la fantasía. No hay vuelta atrás cuando se inició el camino de la recuperación de los propios valores, del respeto por un@ mism@, de la acción.

La salud mental "es aburrida" le dijo una vez una paciente a mi psicóloga. Y por un momento yo creí lo mismo, pero no, lo que pasa es que un@ ya no puede echar mano de aquellos viejos recursos porque ya es una persona distinta; una persona que aprendió a cuidar de sí misma.

3 comentarios:

  1. Sabias palabras!...
    Solo quería dejarle un abrazo a esa persona distinta que aprendió a cuidarse a sí misma.. Le deseo mucha felicidad y una gran sonrisa para el día que está llegando. Un beso!

    ResponderEliminar
  2. Hola, entré a tu blog por casualidad, pero decidí quedarme como seguidor.
    Aprovecho la oportunidad para invitarte al mío.
    Un abrazo desde Argentina.
    Humberto.

    www.humbertodib.blogspot.com

    ResponderEliminar
  3. sí... te estás cuidando, pero por ahí eso es lo que pensás vos... Qué tiene de malo levantar el telefono un día y llamar?... o mandar mail y decir: hola!!... te estaba pensando y quise saber como estabas!!... no entiendo. Yo lo hice muchas veces y no me ha ido tan mal. A no ser que en realidad no estés buscando saber cómo está el otro, sino re-entablar una relación amorosa rescatada del tiempo, de un cajón de recuerdos donde hoy nada queda de eso vivido... No sé... yo pienso que no estaría tan mal volver a encontrarse en un café, en una plaza, desde un lugar novedoso. Ahora, si te han hecho añicos y esa persona sigue siendo capaz de lastimarte, bueno...mejor quedarse en el molde. Pero si no es así, no sé.... si todavía te seguís acordando será que algo bueno te ha dejado, no???? bah, no sé.... digo....

    ResponderEliminar