lunes, 27 de septiembre de 2010

"El que apuesta por necesidad pierde por obligación"


Hay veces en que no me hace sentir mal perder una apuesta. Son las veces en las que juego limpio y apuesto sólo lo que puedo y lo que tengo.

Ahora bien. Hay varias maneras de perderla. Una es jugar hasta que el juego se consuma en sí mismo y perderlo todo. Otra, por ejemplo, es elegir retirarse cuando una percibe que las reglas no están siendo respetadas por l@s jugadores involucrados y no hay nadie que arbitre en el asunto.

Algo así acaba de sucederme y, la verdad, a pesar de sentirme un poco tonta porque nuevamente puse todas mis cartas demasiado apresuradamente sobre la mesa y no guardé ninguna para poder lidiar con la astucia de los demás jugadores, que evidentemente se tomaron el juego mucho, pero mucho más en serio que yo, onda "a matar o morir"..., me siento tranquila.
A mí no me gusta ni matar ni morir por una apuesta, sigo insistiendo, lo que de verdad vale la pena es jugar.

Disfruten la semana de Primavera!

3 comentarios:

  1. No temas corazoncito, ¨solo se trata de vivir, esa es la historia¨... con las convicciones que nos mueven mas alla del juego de los otr@s...
    besos!!!

    ResponderEliminar
  2. se... aunque a veces el juego se convierte en "el juego del miedo"... Pero al final,todo vuelverá a su lugar. Nadie duerme con la conciencia más tranquila que yo.
    Besos!

    ResponderEliminar