lunes, 19 de octubre de 2009

La letra chica


Hay cosas que definitivamente me hacen sentir desesperadamente inútil. Que atentan contra mi paciencia y mi autoestima. Por ejemplo la cantidad de inscripciones que, a diario encuentro frente a mi vista y que cada vez estoy más lejos de poder decifrar. Y aunque le adjudicáramos una parte del problema a mi atismatismo combinado con una dosis perfecta de miopía, esto no debiera representar un problema, ya que uso obedientemente mis lentes recetados. No. La cosa va mucho más allá. La cosa es que al tipo que se le ocurrió diseñar, por ejemplo, la factura del teléfono le importa tres pitos que alguien tenga que cargar en una PC, durante todo el día, los numeritos de cuit casi invisibles que aparecen en ellas. Eso para no hablar de las inscripciones e indicaciones que traen los envases de alimentos y condimentos varios, en letritas diminutas sobre fondos de colores oscuros y brillantes.

Podría enumerar muchas otras cosas que se me ocurren, pero en verdad, me pregunto si es que yo cada vez veo menos claro o si cada vez me quieren confundir más...

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