Camino tierra adentro mío, apasiblemente, casi disfrutando de cada día. A mi alrededor pasan cosas agradables y otras que no lo son tanto. Hay personas que sufren, otras que viven en las nubes. Algunas me importan mucho, otras no. Pero lo interesante, lo fantástico, lo que me tiene embelezada es que ando tranquila y atenta, todo es importante y nada lo es demasiado.
Me gusta sentir esta calma que va domando mi mente y se va apoderando de mi cuerpo. Me gusta despertarme porque aunque la noche me seduce con su puesta en escena, la realidad de la mañana me hace sentir protagonista de mi vida.
Y de eso se trata mi viaje, de ser quien soy y disfrutarlo. Para mí no hay logro más grande ni hubo deseo más importante que esto que me esta comenzando a suceder al fin: lograr fundir mi razón, mi cuerpo y mis sentimientos.
Cómo no voy a andar contenta?. Me pasé la vida trabajando para encontrar el camino y ahora, mientras camino y me detengo a fotografiar, a escuchar, a meditar, me voy dando cuenta de que he vivido caminado el camino.Todo me hace suponer que indefectiblemente voy a ser feliz.
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