miércoles, 12 de enero de 2011

El libro

Galeano escribe el mundo en pequeñas libretitas y yo amo las miniaturas. Lo amo a Galeano. 
Yo escribo el mundo por cualquier parte: en los posits de la oficina, detrás de las facturas de teléfono o en los bordes de una caja de medicamentos; y amo escribir.
Escribir, siempre es sanitario, urgente, indispensable. 
Escribir a veces es traicionero, cruel, doloroso.
Y guardarse las palabras muchas veces hace que un@ se atragante, se arrugue, se cercene, que deje de ser. Y poder escribir lo que se siente es algo inexplicable.
Yo estoy dejando de ensayar definir mis pensamientos para dejar paso a la confianza y la fluidez, para intentar ser más sincera y simple, para no dejarme asustar por "el qué leerán". Porque también el silencio asusta y entonces una escribe sólo para llenar los espacios vacíos. Pero voy aprendiendo a regular mis tiempos para dejar macerar el pensamiento y el sentimiento, para no hablar de más ni decir distinto a lo que quiero.
A veces una sola frase, en privado, lo sintetiza todo. Y otras, hay que animarse a publicar el libro. Pero eso requiere, además, coraje y determinación.
Allí voy.



2 comentarios:

  1. Gracias por tus comentarios en mi blog, y si hay algo que uno tenga que hacer en la vida, si se lo permite uno mismo, es escribir un libro.
    Y lo mejor es que se puede decir lo que uno siente y piensa, anónimamente...
    Saludos,
    Eli

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  2. què lindo verte crecer y ver còmo vas encontrando, bùsqueda de por medio, tu modo de expresarte!! cariños!!

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