martes, 6 de julio de 2010

Más nueces que ruido

Ayer a la tarde estaba en mi trabajo, chateando, y en un momento ví dibujarse sobre la pantalla del monitor unas letras mágicas que decían: " hoy tengo ganas de cocinar para vos..., ¿querés?". En este momento creo que no sabría definir bien lo que sentí, pero fue algo parecido a una gran ternura y por supuesto, no me tarde ni un minuto en aceptar, pero después, ya sola, tomé conciencia de la verdadera dimensión de todo lo que esa simple frase implicaba para mí. Y de la diferencia enorme que existe entre las expresiones: "cocinar para alguien" y "TENER GANAS de cocinar para alguien".
Y fue así que disfruté hasta el último bocado. Una caricia.
Hace días que experimento una especie de caricia en el alma, en el cuerpo, en la mirada. Hace días que no tengo que explicar nada, que no uso maquillaje, que canto lo que se me canta y puedo, si quiero, andar en patas.
Hace días que estoy desorganizada y salgo corriendo y caigo cansada y pierdo las cosas, y no encuentro nada...
Y hace días que vengo sintiendo que puedo andar bailando, trabajando o escribiendo, que puedo entristecerme porque quedamos afuera o reputear porque nunca me atiende un puto ser humano en Movistar. Que puedo quedarme dormida o llegar tarde. Que no necesito pedir discuplas por las mismas boludeces que hago siempre (las pido por otras, nuevas), que me divierto... me río y disfruto...disfruto...
Y lo mejor de todo esto es que en estos días no hay ninguna visión, ni ningún presagio, ni ninguna cosa que me inspire a escribir montones de palabras dulces e inconsistentes y que sea lo que sea esto que me pasa lo puedo tocar, comer, oler, oir, compartir... y hasta después puedo descansar... andando de a dos.
Esto se parece bastante a lo que siempre soñé sentir.

1 comentario:

  1. qué linda sensación que transmitís !!! esa magia es la que a mí me da siempre que la siento una gran alegría en el alma..!!!. Buen finde largoooooooooooooo!!! Sept.

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