jueves, 18 de agosto de 2011

Esta noche

La casa está en penumbras, se siente la humedad del ambiente en la yema de los dedos pero aún así, la temperatura y el aroma son agradables. Yo me preparo para el viaje, y de cuando en cuando voy hasta la cocina, ajustando mi cena. Ya casi es hora, aunque esta noche me estoy pasando un poquito de la raya. No importa.
Qué dulce suena la voz de Pedro cantando "insensatez" !. Yo voy y vengo, ordenando algo en el cuarto, tendiendo la ropa en medio del living porque se levantó un viento terrible y hay una lluvia finita que mojó mi campera nueva, la que colgué un rato afuera para sacarle el olor a pucho de la oficina . Me siento acá un rato y retomo la lectura de ese hermoso relato buscado entre las miradas de otros viajeros que ya viajaron a ver y me pierdo otra vez... Me lo leo en cuotas porque es como estar allí; es fuerte.

(Y ya renuncié a la paranoia pragmática de "sospechar" que no pueden estar tan bien escritos tooodos los relatos de viajes, ¿quién me creo que soy? Hemingway?!)

La casa está tranquila, los gatitos ni a la vista, es decir que cada uno se ha recluído en su lugar favorito, no hay apremios económicos, los amores están a salvo en sus hogares y mañana habrá un trabajo que hacer. Uno nuevo.
Mintras todo transcurre... silenciosa y humildemente... mis gracias. Y feliz vida para tod@s.



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