martes, 20 de abril de 2010

Anécdota antropológica

Cualquier calamidad puede sobrevenir en un segundo cuando todo parece estar a punto de salir de maravillas! Y les puedo asegurar que un@ nunca está lo suficientemente preparad@ para el impacto de la sorpresa.

Me pasó que, estando de vacaciones, una noche decidí cocinar una suculenta tortilla de papas, Que por cierto me suele salir muy bien, pero me lleva muchísimo trabajo por la manera en que la preparo. (de paso, para l@s que dicen que siempre les sale mal... tomen nota!!!):

Pelé, lavé y corté 2 kg de papas en capas finitas como para hacer papas fritas de esas de paquetes, pero de un tamaño de una moneda de 25.
Piqué cebollas comunes y de verdeo muy finitas, piqué ajos y perejil frescos y había comprado unos preciosos huevos caseros para unir la jugosa preparación de la que ya me estaba relamiendo mientras la generaba, de sólo ir oliendo los ingredientes.

Mi método es ir fritando las papas y reservarlas para luego fritar las cebollas y mezclar toda preparación junto al agregado de ajo y el perejil y los condimentos (no más que sal y pimienta negra molida) y mantenerla bien chirla para que la tortilla salga babé.

La cosa es que después de pasarme un par de horas abocada a la tarea y con todo "casi" listo para ir a la sarten, justo en el instante en que puse el trasto sobre el fuego de modo que tomara la temperatura ideal para que el huevo no se pegara, (fundamental si quieren que les salga bien!!!), decidí que mejor le agregaría un huevito más para que me quedase bien babé y cometí la insensatez de romperlo directamente dentro del mejunje.

Sin palabras.
Sí... el precioso huevito de granja estaba RREEEEE podrido!!!. Y así fue como en una milésima de segundo, frente a una situación, para mí de lo más común, hice algo y sucedió algo inesperado al unísono y resultó en que ya no era importante si se desarmaba o no la tortilla....: todo olía a huevo podrido. Y después de que se me pasó la bronca, el llanto, la tristeza, fui a comprar comida hecha y sólo me quedé con esto...

Hay que empezar de nuevo. Siempre. E intentar disfrutar de la nueva experiencia, que seguro será distinta, porque eso de que "aprendimos"... ¡nada!. La vida es sólo un juego. Lo que se aprende hoy, se olvida mañana.
Hay días en que nos sale bien y días en que es una cagada.

9 comentarios:

  1. Hola niña,te cuento que mi abuela Mercedes,Española,Gallega,y hembra como pocas,me preparaba unas tortillas babe{con la yema casi cruda} a la española como decia ella,que con buen vino tinto,pan casero e historias de republicanos,valientes y corajudos me regalaron domingos a la noche,inolvidables,que lo pario nunca volvi a comerlas igual,Y bueno las minas argentinas no saben hacer tortillas a la española.Un abrazo

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  3. Qué pena Hugo que el pragmatismo te impida imaginar el sabor de algo tan simple y que no tiene ninguna nacionalidad...
    Te anoticio de que hay mujeres que cocinan divinamente en cualquier idioma...
    Un abrazo.

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  4. {Lo que puede el sentimiento,no lo ha podido el saber, ni el mas claro proceder, ni el mas ancho pensamiento,}Violeta Parra. Perdon por mi pragmatismo,mi falta de imaginacion,y muchas gracias por la informacion de que las mujeres pueden hacer muy buenas tortillas,en cualquier idioma,P.D. que bueno que tengamos tanta afinidad Un abrazo

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  5. ay ay ay.... qué pena!!... pero es cierto lo que decís: es un pequeño ejemplo más de la vida misma. Algo tan gustoso, tan lindo, tan esperado y preparado con tanto amor, puede irse al tacho en menos de lo que dura un segundo!! P E R O... no queda más que putear un poco, refunfuñar otro más, compartir lo sucedido y "volver a empezar", como dice la canción, que aún no termina el juego y puede ser que la próxima vez te comas tu rica tortilla, con un buen vino tinto, una linda compañía y una buena película. Aprendí la receta, "nunca pondré el huevo directamente en la preparación" y espero no repetir los errores aprendidos. Aunque pensándolo bien "tropieza tantas veces, en una misma piedra"... laralalalaaaaaaaa... probá de nuevo. no te desanimes!!

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  6. Ay Hugo, Hugo. Vos jamás encontrarás una mujer que haga la tortilla como tu abuela. Primero, porque una buena tortilla española con cebolla y chorizo, no es babe. Pero lo más importante es que vos mismo decís "hembra como pocas". Con tu expresión ya bajás de nivel no solo a tu abuela sino a todas las mujeres, argentinas, españolas, etc. Por lo que JAMAS vas a encontrar a nadie que cocine igual; porque gracias a Dios, no somos HEMBRAS, somos MUJERES.

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  7. AY SUSANA SUSANA MADRID, TORTILLA BABE VARIOS AÑOS VIVIENDO POR ESPAÑA .MUJERES HEMBRAS SON SINONOMOS,NO PARA TU NIVEL , SEGURO PARA LA VIDA DE LOS QUE ESTAMOS VIVOS,ES OTRA COSA,PERO LO QUE NO ME INTERESA ES NI EN LA WEB ENCONTRARTE,DEMA
    SIADA INSEGURIDAD SOLO POR UN TERMINO QUE HEMBRAS COMO MERCEDES SOSA SE SENTIAN HONRADAS ES COMPRENSIBLE PARA SEÑORAS MAYORES CON MUCHO RESENTIMIENTO PARA EL GENERO MASCULINO

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  8. ay amiga! cuanto resentimiento x aqui, cuanta agresion gratuita y cuanta soberbia mundana...ALGUNOS quieren diferenciarse tanto de todos, q al final en ese empeño, terminan siendo iguales o peores... mas de lo mismo...te quiero! besos ;o)

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  9. Coincido con Grace. Por querer ser diferentes y SABIOS, sólo esconden su ignorancia y falencias detrás de la agresión, insultos y menosprecio hacia las mujeres. Más que iguales, resultan peores...tal vez nacieron de un repollo. :p

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