Perdida en el mar de la libertad.
Mi Ada Madrina me dejó a la orilla de mi futuro, hasta donde me acompañó, por pasión y con-pasión.
No sé si alegrarme o estremecerme. Por lo pronto, me enfermé. Pero algo me dice que todo va a estar bien. Será cuestión de acostumbrarse a no compartir el mate de los martes por la mañana. Será cuestión de hacerse cargo, como siempre.
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