La serenidad que otorga aprender a ahorrar palabras es impagable. Y a estas alturas, en mi caso, no es cuestión de atribuírlo, como me ha sucedido toda la vida, al archi escuchado "ya vas a aprender, cuando seas grande", porque hace rato que crucé la barrera del "ser grande". Y dicho sea de paso, se vuelve a confirmar aquello de que la madurez nada tiene que ver con la edad.
Hace tiempo que dejé de escribir con esa compulsión tan mía para todo (que dejé de ser tan compulsiva, bah) y ya no siento la presión de tener que encontrar las palabras. Ellas me vienen a buscar y me invitan amablemente a sentarme aquí a dejarlas fluir sólo cuando de verdad hay algo para decir. Un verdadero placer.
A propósito de ello, como toda acción conlleva una reacción (quedarse quieto también es una "acción"), se sucedieron una cantidad de acontecimientos derivados. Como por ejemplo, y casi por lógica, el desarrollo de la escucha y la reflexión, dos tesoros invalorables a la hora de "ahorrar" un montón de cosas. Salud ante todo.
Claro que no puedo renegar de todo lo dicho y escrito a través de estas milhojas, no está bueno renegar de la propia historia, de la memoria y el registro de las contenidos y manifestaciones por las que se ha pasado. Pero entiendo que sí está bueno el aire que corre entre pensamiento y pensamiento. Y en este medio se hace más notorio, puesto que si se postea demasiado, lo más seguro es que muchos lectores, los menos asiduos, se pierdan de un montón de cosas, alguna de las cuales tal vez les hubiese gustado leer ó ver ó escuchar.
Claro que esta serenidad no se hubiera conseguido si antes no hubiese habido vorágine y tormenta. Y tampoco es cuestión de desmerecer la mirada desde allí. Todo es parte y las partes son el Todo.
En definitiva, lo que importa es el paso hacia otro lugar, que puede estar detrás o a un lado, o adelante o tal vez más adentro. Quién sabe?
En definitiva, importante es que casi convergiendo con esas líneas, termina mi eterno "año" laboral y me encamino hacia la serenidad del Norte, a renovar mi fuerza y mejorar mi claridad. Me voy a tratar de aprehender un poco de la serenidad de nuestros pueblos originarios. Intuyo que será un aporte de valor incalculable para mi eterna búsqueda de mejorar.
Así que l@s dejo a su aire por un rato.
Hasta la vuelta y... tengan buena vida... Amen!
Hace tiempo que dejé de escribir con esa compulsión tan mía para todo (que dejé de ser tan compulsiva, bah) y ya no siento la presión de tener que encontrar las palabras. Ellas me vienen a buscar y me invitan amablemente a sentarme aquí a dejarlas fluir sólo cuando de verdad hay algo para decir. Un verdadero placer.
A propósito de ello, como toda acción conlleva una reacción (quedarse quieto también es una "acción"), se sucedieron una cantidad de acontecimientos derivados. Como por ejemplo, y casi por lógica, el desarrollo de la escucha y la reflexión, dos tesoros invalorables a la hora de "ahorrar" un montón de cosas. Salud ante todo.
Claro que no puedo renegar de todo lo dicho y escrito a través de estas milhojas, no está bueno renegar de la propia historia, de la memoria y el registro de las contenidos y manifestaciones por las que se ha pasado. Pero entiendo que sí está bueno el aire que corre entre pensamiento y pensamiento. Y en este medio se hace más notorio, puesto que si se postea demasiado, lo más seguro es que muchos lectores, los menos asiduos, se pierdan de un montón de cosas, alguna de las cuales tal vez les hubiese gustado leer ó ver ó escuchar.
Claro que esta serenidad no se hubiera conseguido si antes no hubiese habido vorágine y tormenta. Y tampoco es cuestión de desmerecer la mirada desde allí. Todo es parte y las partes son el Todo.
En definitiva, lo que importa es el paso hacia otro lugar, que puede estar detrás o a un lado, o adelante o tal vez más adentro. Quién sabe?
En definitiva, importante es que casi convergiendo con esas líneas, termina mi eterno "año" laboral y me encamino hacia la serenidad del Norte, a renovar mi fuerza y mejorar mi claridad. Me voy a tratar de aprehender un poco de la serenidad de nuestros pueblos originarios. Intuyo que será un aporte de valor incalculable para mi eterna búsqueda de mejorar.
Así que l@s dejo a su aire por un rato.
Hasta la vuelta y... tengan buena vida... Amen!
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